lunes, 19 de noviembre de 2007

Cronica de Chilca





Hace poco estuve en el pueblo de Chilca el cual es muy concurrido en verano por montones de limeños. Este simpático pueblo del sur chico es conocido sobre todo por sus lagunas curativas, las que dicen que curan reumatismo, acné, etc. Pero no solo eso si no que en dicho pueblo pequeño se encuentro uno de los primeros vestigios de civilizacion americana.


Yo le encontré mucho parecido con los pueblos del norte del país como Piura, Lambayeque. Si creo que todos los pueblos costeños peruanos tienen casi las mismas características.


Acá una crónica que escribí sobre mi estadía en Chilca.


Chilca: Oasis en medio de las arenas

Lima esta ubicado en medio de un desierto dice una propaganda y en todo desierto siempre hay un oasis y este es el caso del pueblo de Chilca. Un poblado con historia y atracciones que ver.

Entre los cerros de arena del Km. 64 de la Panamericana Sur se encuentra el pequeño pero muy concurrido pueblo de Chilca, el cual es todo un oasis turístico para muchos limeños ya que cuenta con atractivos muy poderosos. Este poblado es la capital del distrito del mismo nombre perteneciente a la provincia de Cañete.

Las calles del pueblo son medianas, recorridas por los ya característicos moto taxis, la mayoría de las casa son de material noble y de un piso, sobre saliendo de esta manera en el paisaje urbanístico la antigua iglesia colonial llamada Nuestra Señora de la Asunción la cual es patrimonio nacional según el Instituto Nacional de Cultura. Esta Iglesia esta ubicada en la plaza central la cual esta adornada con postes al estilo farol, al centro una cúpula de madera y cerrajería de cierto estilo neoclásico al igual que las bancas de la plaza. La municipalidad contrasta bastante de la iglesia por su discreta ubicación en una esquina saliente de la plaza y por lo moderno y simpleza en su arquitectura.

Museo de sitio

A dos cuadras saliendo de la plaza por la municipalidad, frente a un campo de juegos infantiles, se encuentra el centro cultural de la localidad llamado Museo y Taller de Arte-Artesanal y Cultural. Dicho centro funciona dentro del hogar de la familia Tumay Caycho, poseedores de una vocación artística llevada en las venas e impulsores de este proyecto. Como su nombre lo dice este centro funciona a la vez como museo de sitio, taller de arte e artesanía y como centro cultural.

El espacio que ocupa el museo podría describirse como un poco mas largo que el de una cochera común, donde se puede ver que el nombre de Chilca aparece tempranamente en la historia peruana, desde época neolítica porque acá se descubierto los resto mas antiguos de horticultura de América.

Y así se sigue apreciando las evidencias de la evolución de esta tierra a través de la historia como cerámicas incas, telas de la misma época anzuelos, batanes todas muy relacionadas con la pesca ya que desde siempre Chilca fue un poblado de pescadores.

Las pinturas costumbristas que nos muestran escenas de la vida cotidiana del pueblo de Chilca son numerosas algunas de ellas nos explica nuestro guía Víctor Tumay ya han ido desaparecido con los años.

Aquí se puede apreciar en todas las obras dos de los elementos típicos de Chilca que son el higo y la granada, productos que han hecho conocido a esta tierra a nivel nacional.

Cosa que no es muy común encontrar en otros museos es la colección de monedas y billetes del Perú de distintas épocas, don Victor Tumay me cuenta que durante la Guerra con Chile, Chilca fue tomada por fuerzas invasoras pero en el preludio, los habitantes escondieron su dinero bajo tierra, y hace algunos años don Víctor participo en unas excavaciones que desenterraron estas reliquias y las tiene ahora aquí. También la cantidad de moneda extranjera es de consideración y de países tan lejanos como Rusia, Guyana o Italia. Es que en nuestro museo hemos recibido visita de extranjeros, dice don Víctor.

Las Maquetas elaboradas por los hermanos Tumay Caycho que representan lugares aledaños a Chilca son dignas de admirar, pero no es mas la admiración que se siente por esta familia que por iniciativa propia crearon este museo de sitio que exhibe la riqueza cultural del pueblo de Chilca.

El principal impulsor de este centro que viene funcionando recién desde hace dos años es don Víctor Tumay Caycho es estudiante de la Escuela Nacional de Bellas Artes, pintor y escultor de la casi todas las obras que se encuentran aquí el resto es de su hermano el artesano José Tumay Caycho. Las dos hermanas que completan esta familia de artistas y luchadores de la cultura se encargan de realizar manualidades como gorros y otros accesorios que venden en el museo.



Las lagunas curativas

Al otro extremo del pueblo se encuentran las famosas lagunas de curativas de Chilca, desde la municipalidad una moto taxi nos llevo a tan conocidos lugares.

La primera que vimos y la más famosa y grande de las tres que existen es La Milagrosa. La primera impresión que se siente la verla, es el de haber llegado a una playa pero con un mar sin movimiento. El agua es bastante verdosa y el fuerte olor a sal se siente desde bien alejado a ella.

Los restaurantes turísticos se ven por montones en los alrededores, así como casas muy sofisticadas de playa en las faldas del cerro que colinda con la laguna.

En esta laguna vi a unos niños bañándose y embarrándose con ese barro tan estimado por todos sus bañistas por sus propiedades curativas. Al otro extremo tres simpáticas turistas limeñas tomaban sol junto a la laguna.

Seguí mi recorrido por las otras dos lagunas que están a tres cuadras de La milagrosa, están son la Mellicera y La Encantada que tiene las mismas características que la anterior solo que mucho mas pequeñas, lamentablemente no habían bañistas en ellas.

Contactos con ovnis.

Chilca también se a hecho famoso entre personas que quieren tener contactos con ovnis, ya que son frecuentes las historias de personas que dicen haberlos divisados. Ha si hay muchas historias de personas que dicen haber vistos ovnis acá en Chilca que ya piensan en convertir este rumor en lago para el turismo.


Despedida

El sol se va ocultando, y la hora de partir me apura de alejarme de Chilca, parto en el autobús de regreso observando como esos cerros arenosos van ocultando las lagunas como un oasis de un desierto del cual nos alejamos.






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